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Equipos de la MLB gastan dinero en asegurar sus jóvenes estrellas como una estrategia a futuro

El cubano Luis Robert aseguró un contrato multianual sin haber debutado en las mayores
El cubano Luis Robert aseguró un contrato multianual sin haber debutado en las mayores / Jennifer Stewart/Getty Images
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Muchos quedaron sorprendidos con el anuncio de los Medias Blancas de Chicago de darle un contrato por 50 millones de dólares y seis temporadas a Luis Robert.

En una época de cifras exorbitantes no tendría nada de particular, si no fuese porque se le dio a un joven que ni siquiera ha debutado en Grandes Ligas. De hecho, es un récord.

El pacto más abultado para un jugador sin tiempo de servicio en el mejor béisbol del mundo pertenecía a otro super prospecto de los Medias Blancas, el jardinero dominicano Eloy Jiménez, quien recibió 43 millones de dólares antes de su debut.

Ambos acuerdos pueden compararse con el que recibió el venezolano Ronald Acuña Jr. a principios de la temporada 2019, cuando pactó con los Bravos de Atlanta una extensión de contrato por ocho años y 100 millones de dólares en apenas su segundo año de servicio.

El contrato a largo plazo de Acuña incluye además dos años de opción de club, por lo que podría valer un máximo de 124 millones en 10 años.

Y ahí está el detalle que devela cual es el objetivo de estas organizaciones, al tomar el riesgo de dar contratos tan extensos y abultados a jóvenes que recién comienzan su camino en las mayores o no siquiera han dado el primer paso.

Con eso evitan que se conviertan en protagonistas de megacontratos a mediano plazo. Unos pactos que con la calidad que tienen, tal vez se haría impagables para estos equipos y los dejarían en manos de otros clubes más solventes.

Además, la estrategia les permite “comprar” años de control a futuro. Así siguen estando bajo el dominio de la franquicia cuando están en plena efervescencia de sus habilidades y siguen siendo jóvenes.

Con ello los clubes se garantizan mejores condiciones para eventuales negociaciones.

El habanero Robert tiene apenas 22 años de edad, cuando este pacto se venza seguirá siendo un hombre joven y en plenitud de condiciones, por que además, en Chicago supieron mover las piezas en cuanto a su tiempo de servicio y consiguieron un año más de control.

Jiménez, que será una de las bases ofensivas de los Medias Blancas en 2020, acaba de cumplir 23. Y Acuña, que en 2019 estuvo muy cerca de unirse al exclusivo club de 40-40, celebró su cumpleaños 22 hace un par de semanas.

La idea de la estrategia de control cobra más sentido cuando se ve ese elemento.